viernes, 13 de enero de 2012

Broken dreams.

Nunca hubo palabras bonitas, las caricias siempre precedían algo, los besos siempre eran devueltos pero nunca regalados, los gestos eran vacios y las miradas mudas. Nunca hubo una palabra de aliento, sino reprimendas.  Los recuerdos son todos iguales, el miedo cegó tus ganas de inventar cosas nuevas, lugares nuevos, cosas mágicas, cosas nuestras…y aun así no hay lugar diferente en el mundo que no me recuerde a ti. Sé que tendrás que hacer memoria para contar tus buenos momentos…a mi me hacen falta las patas de 22 ciempiés para contar los míos, aquellos que un día creí nuestros, pero que resultaron ser míos, solamente míos. La ilusión nunca existió compartida, en un caso solo era calor, sin embargo en el otro, imposible imaginar que cupiese semejante brillo en dos pupilas. Las velas se caducaron antes de poder usarlas, el humo del tabaco es más negro que de costumbre, las estrellas ya no brillan como antes…quizá tampoco he salido a la ventana a mirarlas, ni me he encendido un cigarro con ganas, ni tuve una vela para comprobarlo, es solo que cuando las cosas se hacen sin un motivo pierden la magia.
Tirar la toalla antes de empezar a jugar es de cobardes, apostar por un cobarde es de valientes, pero hasta el más valiente puede tirar la toalla si el cobarde aparte de cobarde es ciego.  Recuerda que los límites del miedo no están escritos, no existen, solo son refugio de aquellos que no quieren ver lo que tienen delante.